¿Qué tipos de crisis podemos enfrentar?



Todas las empresas —grandes, medianas y pequeñas— tienen un fin común: generar utilidades. Querrán ver que sus aportes materiales, intelectuales o de mano de obra, sean recompensados. De otra manera, no es posible hacer negocios. Por lo tanto, se produce una crisis en la empresa cuando la relación entre los egresos e ingresos de la empresa es negativa, es decir, los gastos son mayores que las ganancias, lo que lleva a la iliquidez.

Álvaro Marín Hoyos, en su libro “Cómo recuperar su empresa”, identifica 2 clases de crisis empresariales:



CRISIS TEMPORALES ESTACIONALES

Son aquellas que se dan por periodos dentro de una empresa “sana”, es decir, sin problemas graves. Se producen, por ejemplo, en épocas de ventas bajas, fuera de la temporada de los productos o servicios que ofrecemos. Estas crisis se pueden resolver de manera sencilla a través de una gestión financiera, que suele implicar un crédito o préstamo a corto plazo que será cancelado cuando las ventas vuelvan a incrementarse. Por esta razón, es muy importante realizar cada año una planificación financiera que prevea, de ser posible, estos lapsos de iliquidez y contemple los recursos que se emplearán para cubrirlos.

CRISIS PERMANENTES

En estos casos, la gestión financiera no puede resolver el problema de falta de liquidez porque esta permanece y no se cuenta con los recursos para hacerle frente. Este tipo de crisis ponen en peligro la supervivencia de la empresa y requieren de medidas drásticas. En el caso de las empresas que aún sean viables, la salvación requerirá de cambios de fondo que deberán ser asumidos a pesar de lo que impliquen. En el caso de las empresas que no sean viables, el único camino es la liquidación.



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