Andrés Moreno y el éxito de “su cursito de inglés online”



Sus años en Estados Unidos le abrieron el mundo de la lengua inglesa. Si bien su procedencia es venezolana, vio en este idioma una oportunidad para emprender. Por lo que Andrés Moreno, fundador de la escuela de inglés online Open English y conocido por los simpáticos comerciales donde él mismo actúa, ha visto que la educación en línea tiene un crecimiento y una escalabilidad explosiva pensando más allá de las fronteras de un solo país. Todo ello nos lo contó tras contestar al teléfono desde Miami.

El primer emprendimiento que fundó Andrés Moreno (31) fue Optimal con tan sólo 23 años y tras dejar su carrera universitaria. Su foco era dar clases particulares de inglés a ejecutivos de empresas que figuraban en el ranking de Fortune 500. A pesar de que estuvo tres años en el mercado venezolano, no resultó rentable ya que los costos de mantención eran demasiado caros.

Fue tras esa incursión que nació la idea de Open English en 2006, una casa de idiomas online que se pudo materializar gracias al apoyo de inversionistas. Hoy la empresa cuenta con oficinas en Panamá, Bogotá, Caracas, Sao Paulo, Miami y Buenos Aires y entre sus servicios ofrece contenido interactivo como series originales y videos para practicar, además de profesores nativos y un asesor personal que se encarga de supervisar el avance de cada alumno para garantizar la fluidez con la que habla.



– ¿Qué significan estos datos para ti: más de 100.000 personas aprendiendo inglés, US$120 millones de inversión, 2.500 personas trabajando y siete años en el mercado?
Pude crear una gran empresa en Latinoamérica de gran envergadura que se expande por la región. Nosotros comenzamos con US$700 y hemos llegado a un valor de más US$350 millones. Hemos causado un gran impacto en Latinoamérica, entre los hispanoparlantes y Brasil y ahora nos expandimos a Europa. Esto es una validación de los sueños del latinoamericano.

¿Por qué decidiste dejar de estudiar y cómo se lo planteaste a tu familia?
Para mis padres fue un shock terrible que yo dejara ingeniera mecánica y de producción después de cinco años. Pero en ese momento di un paso importante, había decidió que no quería ser ingeniero, sino dedicarme a emprender y tenía la oportunidad en el campo del inglés. Me lancé con la primera empresa que monté, Optimal. Esa compañía no fue exitosa y empezamos Open English. El éxito no vino de la noche a la mañana, pues ha sido bastante complicado. Hoy en día creo que mi perfil hubiera sido bastante distinto si hubiera continuado en la universidad. Cuando uno tiene 21 años esperar un año parece muchísimo tiempo, así que me parecía la mejor decisión. Hoy trabajo con universidades para que se abran al emprendimiento. Creo que tienen que cambiar y ayudar mucho.

– Viajar a Silicon Valley, dormir en el sofá de un amigo… ¿Cuál fue la clave para lograr capital en EE.UU.?
Creo que al inicio los inversionistas apuestan por ti, después te tienes que concentrar en tu marca y en tu mensaje. Para nosotros eso fue un reto enorme porque viniendo de América Latina hace siete años no había interés. En Venezuela no había un ambiente propicio para levantar capital, ni inversionistas ángeles, ni inversión de capital de riesgo así que me tuve que ir. Se me acabó el dinero a los cinco meses de haber comenzado Open English y me fui a Silicon Valley a buscar inversionistas. Conocía un amigo allá, estuve con él durante unos meses mientras levantaba capital. Cuando llegué, dormía en un sofá, me despertaba todas las mañanas, me ponía un traje y salía a levantar capital. Eran en pequeños cheques de US$10.000 o US$20.000, pero en aquella época era bastante dinero lo que nos ayudaba a financiar lo que teníamos en América Latina. Eso fue lo que permitió construir toda la plataforma de aprendizaje y el sistema básico del producto. Finalmente, conseguimos levantar los US$2 primeros millones, lo que nos costó dos años con mucho esfuerzo. Una vez que demostrarnos que se podía confiar en el producto, lo lanzamos en la televisión. Impactó mucho el concepto y el mensaje que teníamos. Finalmente empezó a conocerse no sólo en Venezuela sino en toda la región, lo que levantó mucha inversión. Luego fue mucho más fácil lograrla, pues no hay muchas compañías que sean a escala de Internet en Latinoamérica. Así que hay mucho interés en los inversionistas norteamericanos en ser parte de esas historias de éxito. Conseguimos US$65 millones en un mes comparado con los dos años que nos dieron US$2 millones.

– ¿Si no hubiese existido esta campaña, crees que tendrías el mismo éxito?
Sin duda que sí. Uno de los motores más grandes de la compañía es que a la gente le encanta el producto y lo recomienda, y eso es lo principal. Ya llevamos siete años en el mercado y podríamos tener una publicidad muy buena pero un producto muy malo, por lo que no hubiésemos sido exitosos.



¿En qué se ha invertido ese capital?
Tenemos una oportunidad única de invertir dinero en mejorar el proceso de aprendizaje del inglés a través de Internet. Hemos dedicado mucho en crear una plataforma innovadora y en un modelo de servicio que es totalmente personalizado. Es un web site donde se ingresa y se da clase a pequeños grupos de personas donde puedes tomar tantas clases quieras al día y a la hora que desees sin tener que reservar. Es un sistema totalmente flexible para quien quiera estudiar y no tenga mucho tiempo.

Hemos investigado para que las personas tengan una experiencia de aprendizaje diferencial o que se le ofrezca algo adicional y por otro lado hemos invertido en el crecimiento, en el desarrollo profesional o personal. Tenemos un director de felicidad y su finalidad es que los trabajadores trabajen bien. Él se la pasa de oficina en oficina para que todos tengan un propósito de vida claro.

– ¿Ya se ha obtenido un retorno del capital invertido?
Hemos crecido un 100% al año por tres años seguidos y la compañía ha llegado a más de 100.000 estudiantes. Entonces la empresa ya ha tenido un retorno, pero se invierte en poder continuar no sólo en Latinoamérica. Estamos muy interesados en crear un producto global. Es muy bonito el concepto de poder llevar algo no sólo a América Latina, sino también al resto del mundo.

– ¿Consideras que ahora es más fácil conseguir financiamiento comparado con siete años atrás?
Antes no había aceleradoras, no había inversionistas dedicados al emprendedor latinoamericano. Ahora las hay, están en todos lados y creo que el hecho de que empiecen a abrirse a sectores de éxito demuestra que un inversionista tiene un retorno significativo. Por ejemplo, quien invirtió en Open English US$50.000 en aquella época hoy vale casi un millón.

– ¿Cuándo se pasa de ser una Startup a ser una empresa consolidada?
No sé (entre risas). Nosotros ya no nos consideramos un emprendimiento. Más de 100.000 estudiantes, de US$120 levantados, etc., por lo que ya somos una compañía grande y madura pero igual nos seguimos moviendo dentro del emprendimiento de la región y les apoyamos. Yo -por ejemplo- hace dos años estuve en Perú hablando en universidades. Más de 1.000 personas en la audiencia, un interés enorme por el tema del emprendimiento y me otorgaron el premio al Emprendedor Latinoamericano del Año. Hoy está dentro de los intereses de todo el mundo los emprendedores de tecnología de la región. Esto les permite dar un salto, crear una gran compañía y una libertad financiera que otro trabajo no te lo daría. Esa decisión emociona mucho.

– ¿Cuáles han sido los errores y aciertos?
Muchísimos errores. Creo que tuvimos muchos miedos pero de los errores uno aprende y creo que nos han hecho mejores personas, mejores emprendedores, mejores ejecutivos. Así que no son errores sino experiencias y creo que necesarias para llegar a donde estamos. Los aciertos considero que han sido muchos también. Dimos con un producto que se ajusta a las necesidades del consumidor latinoamericano. Estamos solucionando un gran problema que todo el mundo está tratando de aprender inglés y que ahora es cada vez más necesario. Si has tomado clase en una escuela tradicional tiene el clásico sistema. Vas a tardar una hora en llegar a  estudiar con un profesor que probablemente no es nativo, llevar un cerro de fotocopias, etc.  Así que el gran acierto fue diseñar esta experiencia para que el estudio fuera funcional, conveniente para el estudiante y es por eso por lo que ha crecido la empresa.

 – ¿Es cierto que estuviste cerca de la quiebra tres veces?
Hubo muchos momentos en que la empresa estuvo a punto de no seguir y éstos te enseñan a tener paciencia, fe en ti mismo y en tu emprendimiento. Me acuerdo que en el inicio no habíamos levantado capital en EE.UU. Teníamos a 15 personas, siete meses trabajando y se nos había acabado el dinero. Fui a la casa de mis padres para decirles que esto no había funcionado. No me dijeron ‘te lo dije’ pero se les notaba en la cara. Tendría que volver a la universidad, tener una rutina de trabajo de nuevo, era muy complicado. Al día me llamaron para decirme que me habían aprobado un crédito de US$8.000, lo que eran dos meses más de trabajo.

Luego y más adelante en la historia, ya había levantado capital en Estados Unidos de inversionistas ángeles, pero igual se terminó. En aquella época conocí a mi esposa, que es una de las fundadoras de la compañía. Ella llevaba las finanzas, se nos acababa el dinero y no sabíamos qué hacer. Me tomé ese fin de semana para pensar y calmarme un poco. Decidí tomarme ese día para ir a un retiro y bueno, conocí a personas interesantes allá. Conté mi historia y una de ellas que estaba en la audiencia desayunó conmigo y me dio un cheque de US$50.000. En ese momento nos salvaba la vida y nos daba meses de trabajo. Son esas historias las que te forman como emprendedor.

 – ¿Cuánto más puede escalar Open English?
A pesar de que ha crecido muy rápido, todavía hay millones de personas en la región que no son estudiantes de Open English, así que estamos muy enfocados en llevar el mensaje de que somos una alternativa a las escuelas tradicionales. Tenemos mejores profesores, tenemos mejor contenido, puedes estudiar desde casa, es muy conveniente. Y hasta que no veamos que todos entiendan eso, lo internalicen y lo digan no lo vamos a descartar. Esa es la primera misión, y tenemos todo el mercado de América Latina, desde México hasta Chile. También queremos seguir expandiéndonos a nivel global. Esa necesidad de aprender inglés está en todo el mundo y ahí hay una oportunidad.

– Existe la posibilidad de traspasar esta plataforma a otros soportes como celulares o tablets.
Estamos desarrollando una nueva plataforma de aprendizaje que ya lanzamos. Ésta corre en una tablet y en un computador y cambia la forma de aprender inglés en línea. Y estamos emocionadísimos con que lo vea todo el mercado latinoamericano.

– ¿A qué se debe que ahora aparezcas como CEO de la marca en los comerciales? 
Los comerciales han sido buena parte de nuestra trayectoria. A la gente le ha gustado y se ha identificado mucho con los personajes, con la historia y un poco con las personas que no hablan inglés. Todos hemos sido Washington en algún momento.
Creo que con el avanzar de la compañía, otra cosa que ha pasado es que se ha dado a conocer la historia de la empresa y sus relaciones públicas. Eso va de la mano con los recursos que estamos invirtiendo en apoyar al emprendedor latinoamericano.

Ahora estoy en la junta de directores de Endeavor, una organización sin fines de lucro, la más grande del mundo que apoya a emprendedores. Es de alto impacto, ha asistido a más de 700 emprendedores y ha apoyado y lanzado compañías en distintos continentes. Estamos ayudando a financiar esta iniciativa y por otro lado estamos invirtiendo en toda la región. Y uno no apoya solamente con el dinero sino con el tiempo, con contar esas historias que uno ha aprendido.

– ¿Cuál es el nivel de inglés de los directivos de América Latina y de Chile?
Depende de los países, pero en general todos han adquirido un nivel básico por ver televisión por cable, por escuchar canciones, por viajar. Pero a la hora de tener que conversar o llevarlo a una entrevista de trabajo o a una presentación, es distinto.

– ¿Cuál es la percepción que tienes de Chile en cuanto a Startups e innovación?
Es muy emocionante lo que está pasando en Chile, incluso EE.UU. y Silicon Valley lo tienen como uno de los países más atractivos en cuanto a Startups, pues hay facilidad a la hora de levantar capital. A pesar de eso, creo que el mercado chileno no es lo suficientemente grande para  financiar una empresa de gran escala. Esto pasa en casi todos los mercados de América Latina y por eso es importante pensar en regional porque si no siempre van a estar en un espacio limitado.

 – Tras todos estos años, ¿quién fue y quién es hoy Andrés Moreno?
No he cambiado en quién soy, creo que uno evoluciona. Uno saca nuevas versiones de uno mismo, y creo que ésta es mi versión 10.0, y la compañía está en la 2.0 o en la 3.0. He evolucionado mucho como emprendedor, como ejecutivo y creo que ha sido gracias a lecciones aprendidas en el camino. Una de las cosas que siempre he compartido es que la gente sepa qué es lo que estás proponiendo. Lo segundo es que sea perseverante, porque las cosas pueden resultar a la quinta o a la décima. Y lo último es que hay que tener paciencia.



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